martes, 16 de enero de 2007

un textito

Un hermitaño estaba sentado en su cueva, meditando, cuando un ratón se le acercó y se puso a roerle la sandalia.
El hermitaño abrió los ojos irritado:
-¿Por qué me molestas en mi meditación?
-Tengo hambre - dijo el ratón.
-Vete de aquí, necio - dijo el hermitaño -. Estoy buscando la unidad con Dios, ¿cómo te atreves a molestar?
-¿Cómo quieres encontrar la unidad con Dios si ni conmigo puedes sentirte unido?

No hay comentarios: