viernes, 14 de diciembre de 2007

Como árbol al viento.


Posibilidades tan misteriosas que en vez de pensarlas sería mejor explorarlas, sin tener esperanza de entenderlas jamás...
Así observo el roce entre lo etéreo y lo tangible; en lo profundo de mí se que son lo mismo.
Descalza hundo mis pies en la tierra y se estiran buscando el latido de lo que me sostiene. Raíces que se aferran a lo que no logro expresar con la voz. Siento ramas abriendose al sol, ofrezco mis flores, silencio, vacío. Y la mirada eterna de este árbol que ahora soy se cubre con el sonido del infinito que arrastra el viento. Aire loco y desquiciado el que me descubre. Viento que se busca y al pasar me envuelve, y bailo, y me mueve, me mueve, me mueve...
Instante que embriaga al mundo hasta que llegue el anochecer del tiempo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Exquisitas palabras, como siempre. Esto me hace acordar a un sueño que tuve, vos eras un arbol y y oera el viento y te movia, y te movia y te movia... ;P